domingo, 1 de diciembre de 2013

Elogio de la fantasía


                  
Hay que ser razonables
y olvidarnos, de vez en cuando,
de la tiranía absurda de la razón;

La fantasía no puede explicar
la vida, pero nos regala cierto
sabor a justicia
que la hace más llevadera.

Siempre podemos elegir
el cristal más oscuro y triste
para ver el mundo.

Pero sólo sería otra ilusión
disfrazada de sensatez;
la sensatez de los que nunca
se atreverán a vivir su propio
sueño.

Sin embargo,
siempre habrá quienes,
aterrorizados, culpables, casi
avergonzados, se animan
a sumergirse desnudos
en las aguas alucinadas
de la fantasía.

Para estos seres
angélicos y locos,
el mundo no cambiará jamás.
Pero si cambiará, definitivamente
su manera de entenderlo.
Y eso es lo que vale.


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