jueves, 12 de marzo de 2009

Mi abuela

Los años
se fueron acumulando
sobre su piel
de muchacha campesina
y fue madre y abuela
casi sin notar
el paso implacable del tiempo...

Nunca aprendió a leer
y sin embargo
poseía el secreto
de pócimas antiguas
que aliviaban
dolores y componían
el tiempo
con la misma eficacia
con que preparaba
la comida familiar...

Sus viejas manos
tenían la textura del amor
sin condiciones
y bastaba una caricia
suya
para auyentar tristezas
y pesares.

Conocía el nombre
secreto
de todas las plantas
y sabía guardarlas
en pequeñas bolsitas
a las que recurría
para hacer tizanas
bienechoras.

Se marchó
casi en puntas de pie,
una tarde lejana
de mi lejana juventud
dejando tras de sí
un antiguo perfume
de glicinas
que aún perdura
en mi corazón.

1 comentario:

  1. Hermosa la abuela , esas imágenes que perduran de tal manera que nunca se pierden y nos pertenecen para siempre.
    besos Willy !!
    Andrea

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