jueves, 12 de marzo de 2009

EL CIEGO

En vano intento recordar mi rostro
que alguna vez
pude ver siendo muchacho,
pero el tiempo,
con el ropaje implacable
de la decrepitud,
y la paciente ceguera
que tejía
sin prisa alguna mi destino,
me condenaron
a la pura imaginación
y a las sombras.

Hoy dependo,
para develar los intrincados
senderos de mi historia,
de los restos
de antiguos relatos
y de cierta compasión
que percibo en quienes
me consideran
una especie de vieja ancla
enmohecida,
semi enterrada
en las arenas evanescentes
del recuerdo.

No es ahora la luz
lo que condensa mis deseos,
ni aspiro ya a vislumbrar el cielo.
Sólo me complazco
en el intrascendente transcurrir
de las horas
imaginando colores
y formas que tal vez no existan,
pero que sin duda,
habitarán
mi acongojado espíritu
hasta el final.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Willy !!
    Tu sentir, esa alma de payaso triste, esos pies cansados, el pelo blanco, los setiembres nunca olvidados no me convencen de que sos ese viejito.
    No lo sos.
    Besos.
    Andrea

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